El libro "Contar el acoso sexual. Una investigación empírica" por Chiara Volpato (Rosenberg & Sellier, 2023) surgió de la necesidad expresada por muchos estudiantes de laUniversidad de Milán-Bicocca por investigar a fondo el fenómeno del acoso sexual. Chiara Volpato, profesora de Psicología Social en la citada universidad, acogió con entusiasmo la propuesta.
El equipo de investigación preparó un cuestionario que se distribuyó en la universidad y los primeros datos que surgieron fueron losnúmero inesperadamente elevado de respuestas recibidas: 1500 testimonios casi en su totalidad por mujeres. De hecho, representaron el 94,65% de quienes aceptaron la invitación a denunciar un incidente que habían sufrido personalmente. Los hombres presentaron 69 denuncias.
1500 respuestas para los que investigan es un número extremadamente alto porque, como afirma Volpato "por lo general, muy pocas personas responden a los cuestionarios". Pero en este caso no, las respuestas fueron numerosas y detalladas porque la oportunidad de contar un acoso sufrido resultó ser importante, un violación que por fin se le dé voz.
La narrativa dominante nos ha acostumbrado a ver el acoso sexual como un hecho excepcional, algo que ocurre fuera de lo común por un hombre encapuchado en una calle oscura y aislada.
Las historias contadas por estudiantes e investigadoras de la universidad nos hablan, por el contrario, de acoso en la vida cotidiana por personas conocidas que forman parte del entorno familiar o laboral.
Según los informes, el acoso adopta la forma de manoseos en las discotecas y no en el metro, recuerdos de infanciacuando un amigo de la familia intentó un acercamiento sexual, actitudes despectivas por parte de su propio superior en el lugar de trabajo porque sus avances fueron rechazados.
De la lectura de los relatos llama especialmente la atención ladesorientación inicial de la víctimaya sea niño o adulto no comprende inmediatamente la violencia sufrida, siente que algo malo le han hecho pero primero se cuestiona a sí misma preguntándose: "¿fue culpa mía? ¿Di alguna indicación de que estaba interesada en el hombre? Estaba vestida demasiado escasamente?" sólo para darse cuenta más tarde, a veces años después, de que han sufrido abusos.
Es realmente impresionante y triste observar cómo las chicas al relatar el episodio casi siempre describen cómo iban vestidos. El autor señala que "emerge la necesidad, no siempre consciente, de defenderse de la acusación de haber provocado el acoso con la ropa, una acusación antigua, patriarcal y sexista".
A esto se añade la tendencia del acosador a deshumanizar a la víctima comportarse de manera despectiva y tratarlo como a un animal, una presa o "un trozo de carne inútil para repartir".
La investigación también reveló otro lado oscuro del acoso, a saber, la efectos sobre el bienestar psicofísico de quienes los padecen. De hecho, más de 97% de los encuestados declararon haber sufrido consecuencias psicológicas negativas como consecuencia de estos episodios.
El acoso provoca un aumento de los niveles de ansiedad y depresión llevando a quienes las viven a interiorizar la mirada cosificadora de los acosadores y percibirse a sí mismo como un mero objeto sexual.
El texto es interesante no sólo por los datos empíricos recogidos, sino también por la reflexión que induce la lectura de las cifras relativas a la acoso callejero, hechos que la opinión pública persiste en considerar como "travesuras inofensivas"pero que en realidad son losexpresión de la dominación masculina sobre la mujer: la subyugación de las mujeres en el espacio público, la cosificación de sus cuerpos que pueden ser tocados sin su consentimiento.
Sólo el desarrollo de una conciencia concreta del problema por parte de la sociedad puede conducir a la erradicación de la dominación patriarcal en las relaciones entre hombres y mujeres. Para que exista esta conciencia civilizada, es necesario que textos como éste sean leídos principalmente por hombres. En la presentación del libro en Vicenza, de un público de 100 personas, había 4 hombres, entre ellos el dueño de una librería.
Texto e imágenes de Chiara Parolin