Podríamos hacer el resumen de los numerosos y larguísimos episodios anteriores.
Hacer la lista de amenazas, de insultos, de Desplazamiento de la plataformapuertas cerradas en nuestras caras, de todas las veces que nos han burlado, ridiculizado y puesto en la picotade la listas negras internacionales que nos han marcado como enemigos absolutos, como homófobo, retrógrado, residual, fuera de la historia, reaccionario, intolerante, brujo, Terf.
Podríamos contarle cómo laenorme negocio de reproducción asistida nos contraatacó. Podríamos decirle cómo la izquierda, mujeres y hombres, nos repudió y "expulsó" sin sentido sin siquiera reconocernos como posibles interlocutores. Podríamos recordarle todos los libros y artículos que hemos escrito, los debates animamos, el eventos en las que participamos, boicoteado por los principales medios de comunicación.
En su lugar sólo queremos declarar nuestra emoción y alegría después de tantos años de compromiso con la ley sobre el útero de alquiler delito universal que la Cámara aprobó por amplia mayoría -la izquierda votó en contra, salvo raras excepciones, con argumentos en gran parte engañosos-. Clamorosa fue la ausencia en la cámara de Elly Schlein e Giuseppe Conte.
Agradecemos al primer peticionario Carolina Varchi, valiente y tenaz, y también grupos y asociaciones de no gestación subrogada de todo el mundo nos han apoyado generosamente y han esperado con nosotros este momento.
En otoño, la ley también debe aprobarse en el Senado: Primero irá a la Comisión de Justicia y finalmente a los tribunales para su aprobación definitiva. No hay razón para temer que no se apruebe.
No faltarán obstáculos cuando llegue el momento de la aplicación concreta de la norma y cuando -es casi una conclusión inevitable- alguien plantee la cuestión de la constitucionalidad. Pero tenemos confianza: más se hace, por el bien de las mujeres y los niños violados convertidos en mercancías.
Con la esperanza de que la legislación italiana pueda ser un estímulo y un modelo pionero para la legislación de otros países en defensa de los derechos humanos fundamentales. E que el grupo de directores se reduce hasta desaparecer.
De momento, sólo felicidad.
Marina Terragni