Las mujeres -o mejor dicho, los llamados "derechos de las mujeres"- han sido lanzadas instrumentalmente al centro de esta horrible campaña electoral, probablemente la peor de la historia.
No la baja tasa de empleo femenino, la brecha salarial de género, la falta de servicios que nos obliga a la parte asistencialista, la violencia y los feminicidios, el machismo de la política y todo lo que conocemos y vivimos. El tema de los temas es el aborto, sacado del olvido en el que normalmente está confinado -ningún partido se ocupa en tiempos ordinarios de la Ley 194, de su aplicación, de los índices de objeción, etc.- para convertirse en territorio de disputa entre las partes masculinas.
Todos estos hombres que de repente se ponen a discutir sin saber siquiera de qué están hablando, sustituyendo a las mujeres, negando el espacio a la experiencia real, hablando al azar de "píldoras -un clásico: la confusión entre el anticonceptivo del día después y la píldora abortiva RU486-. Y nunca por una puesta en común acomplejada de la parte de uno y de sus experiencias como hombres sobre el aborto, sino para hacerlo ón en la carne de la mujer.
El "Caso Marche', región gobernada por el centro-derecha, se convierte en objeto de reportaje en apoyo de la izquierda. En cambio, del "caso Emilia", una región gobernada por el centro-izquierda, y exactamente de la misma manera, nadie habla.
En Emilia, la situación no difiere de la de Las Marcas y de la mayoría de las regiones italianas: en la autoridad sanitaria local de Piacenza 77% de los ginecólogos son objetores, en la autoridad sanitaria local de Ferrara 69%, en Parma 62,5%, etc. Los hospitales con mayor porcentaje de ginecólogos objetores son el hospital de Sant'Orsola de Bolonia, con un 71,05 de %, y el de Cento, con un 66,7%. Hace unos meses, concretamente en febrero, el Grupo Europa de los Verdes presentó una pregunta en la asamblea legislativa de Emilia-Romaña para pedir al gobierno regional una aclaración sobre el derecho a la interrupción del embarazo en los centros sanitarios de la región, considerando que en muchos hospitales el porcentaje de ginecólogos y anestesistas objetores de conciencia oscila entre 60% y 100% (ver aquí).
En cuanto a la distribución de la píldora RU486 que en las Marchas de la derecha no se lleva a cabo mediante asesores: En la Emilia de izquierdas la situación es la siguiente: que se lo digan a Chiara Ferragni. Los asesores no lo distribuyen. Tanto es así que el 23 de mayo, hace apenas cuatro meses, algunas organizaciones feministas de Emilia-Romaña, entre ellas Mujeres Libres y Non Una di Meno, enviaron un pec a la dirección de salud solicitar la aplicación de las disposiciones contenidas en el determinación regional Diciembre de 2021, teniendo en cuenta que todavía no es posible acceder a la píldora abortiva en las consultas de Emilia-Romagna (ver aquí y plantear la cuestión a la vicepresidenta regional Elly Schlein, al igual que a Giorgia Meloni).
¿De qué estamos hablando entonces? Ciertamente, no son los "derechos de las mujeres", sino el poder de los hombres, de izquierda y de derecha, que utilizan sin escrúpulos cualquier medio, incluso nuestra carne, para arrancar el consenso. Las mujeres no debemos participar en esta vil contienda, tomando partido en la pelea de perros entre unos y otros.
p.s: luego de la RU486, que libera a los hospitales de sus presupuestos y responsabilidades, 3 días de espera para abortar solo en casa cuando con el Karman te apañas en unos minutos en el hospital de día sin notar nada, bueno: de todo esto hablaremos otro día.
Marina Terragni