La ministra de Justicia, Marta Cartabia, anunció que dedicaría el mes de enero a la reforma penitenciaria. El debate sobre el texto está en curso. En este imprimir resumen de lo más destacado.
Uno de los temas que se debaten es la cuestión de los presos transexuales. Según el artículo "hay una acción específica para el protección contra la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. Se propone la adopción de una circular para regular la secciones homogéneas para personas transgénero o autodeclaradas homosexualesy temen ser sometidos a actos de prevaricación por sus circunstancias personales, dando preferencia a los experimentos que han llevado (por ejemplo, la sección D del instituto "Sollicciano" de Florencia, que ahora está cerrado) a unirse a las secciones de presos transgénero MaleToFemale para institutos o secciones femeninas, en lugar de los hombres, para dar prioridad -y poder contar con personal más capacitado al respecto- a al sexo de identificación en lugar del puramente biológico".
Evidentemente, sería necesario disponer del proyecto de texto para comprobar que realmente se menciona ".identificación de género" e identidad de género.
Por el momento sólo podemos observar que si es cierto que las mujeres-trans merecen una protección especial frente a la violencia masculina -llamemos a las cosas por su nombre- esto no puede ocurrir, como en Canadá, California, el estado de Washington, Escocia y otras naciones occidentales, a costa de las mujeres alojadas en las cárceles de mujeres.
Por gastos se entiende violaciones y agresiones, acoso, enfermedades de transmisión sexual, incluso embarazos no deseados (hemos hablado de ello varias veces) y en general la violencia de tener que compartir espacios restringidos con personas que se autoidentifican -a menudo de forma oportunista- como mujeres mientras conservan genitales y cuerpos masculinos.
Una estudio publicado en Revista Británica de Criminología informa de que en Escocia varios presos transexuales que cumplen condena en cárceles de mujeres han vuelto a identificarse como su sexo masculino de nacimiento tras salir de prisión. Esto fue revelado por fuentes internas de las prisiones. La noticia ha suscitado nuevas preocupaciones sobre la autoidentificación de género que pone en riesgo la seguridad de las mujeres, pero La primera ministra, Nicola Sturgeon, se prepara para presentar una legislación de reconocimiento de género.
Aún más impactante revelación de la Oficina Federal de Prisiones de EE.UU. -por tanto, una fuente muy oficial- según la cual casi el 50% de los presos varones con identidad trans fueron encarcelados por delitos sexualesen comparación con el 11% de la población penitenciaria masculina en su conjunto. En particular, según el documentoEl 48,47% de los presos que se identifican como mujeres están en prisión por delitos sexuales, frente al 4,71% de las mujeres biológicas que se identifican como hombres.
Esta cifra debe leerse con cautela: no significa que las personas transexuales tengan más probabilidades de cometer delitos sexuales que las no transexuales, sino que muchos delincuentes sexuales masculinos deciden transidentificarse como mujeres para obtener ventajas y facilidades, incluso desde el punto de vista de la sentencia.
¿Cómo están las cosas en Italia?
La vía de transición está regulada por la ley 164/82 que permite el cambio de sexo en el registro civil tras un largo proceso que implica apoyo psicológico, peritaje médico, terapia farmacológica y Cirugía "mayor" (demolición de los genitales de nacimiento). Sin embargo, hay que decir que la ley se formuló sobre todo para la transición MtF (de hombre a mujer), que en aquella época era absolutamente mayoritaria (los FtM eran muy raros), mientras que hoy las proporciones se invierten entre los adolescentes con disforia.
Sin embargo, también hay que decir que una serie de sentencias posteriores han modificó la ley: Hoy en día, el cambio de sexo en el registro civil, si bien sigue requiriendo el procedimiento indicado en el documento 164/82, también puede obtenerse sin necesidad de cirugía de demolición genital.
Esto implica que un transexual MtF que sea reconocido como mujer en el registro civil puede conservar su aparato genital y sus caracteres sexuales secundarios masculinos. No es una cuestión de autodeterminación de género (no es un autoidentificador real)Por el momento, en Italia no debería ser posible identificarse oportunamente como mujer para solicitar el traslado a una cárcel de mujeres, como ocurre en otros lugares.
Pero un anterior en la cárcel de Sollicciano (Florencia) suscita muchas preocupacionesel año pasado un detenido transexual ya registrado como mujer -pero con genitales masculinos- fue trasladado de la sección de transexuales a la de mujeres tras una orden judicial de vigilancia, según la cual "Es bien sabido que, según las tendencias más recientes, las identidades masculina y femenina no abarcan todas las identidades posibles: la "identidad masculina y femenina" no es la única.identidad de género de hecho no corresponde a la simplificación dualista hombre/mujer sino que es un continuo del masculino al femenino y viceversa".
El tribunal, dice la sentencia, ordenó "asignar A. L. a la sección femenina de la prisión, correspondiente a su identidad de género, prohibiéndole permanecer en la sección "transexual" de la prisión de Florencia-Sollicciano sin su consentimiento o cualquier otra institución con una sección especial con las mismas características".
La incomodidad de las reclusas -compartir espacio con una persona con genitales masculinos- no se consideró motivo suficiente. Según los jueces, la negativa de la mujer trans detenida a ser alojada en la sección trans fue prevalente.
Por lo tanto, una vez más, la lógica de la "inclusividad" prevaleció sobre los derechos y sentimientos de las reclusas. La idea es que siempre depende de las mujeres dar un paso atrás y renunciar a sus derechos básicos para crear el espacio necesario para la inclusión.
Teniendo en cuenta el precedente y lo que ocurre en las cárceles de mujeres de muchos países occidentales, La preocupación por los posibles efectos de la reforma de Cartabia es más que fundada.
La esperanza es que Se encuentran formas de garantizar la protección y la dignidad de las personas transgénero sin violar los derechos humanos de las reclusas. Y eso el texto no introduce subrepticiamente el concepto de identidad de género, un intento que -sobre todo desde la "caída" del proyecto de ley Zan en adelante- ha recorrido un gran número de leyes y reglamentos locales, en una lógica de "cerco".
Marina Terragni (en colaboración con Maria Celeste)