Laura Boldrini anuncia su intención de depositar inmediatamente en el Parlamento una serie de propuestas que denomina paquete de derechos. Entre ellos, la idea de un Modificación del artículo 37 de la Constitución que afirma que
"La mujer trabajadora tiene los mismos derechos y, a igual trabajo, el mismo salario que el trabajador. Las condiciones de trabajo deben permitir el cumplimiento de su función familiar esencial y garantizar una protección especial adecuada para la madre y el niño"..
La intención de Boldrini es la supresión de la referencia a la protección "especial" de la relación entre la madre y el hijo para afirmar "el reparto de las responsabilidades familiares y parentales de hombres y mujeres". A se mueven en un mismo sentido, aplanando las diferencias entre madre y padre y paradójicamente va a apoyar -incluso en la Constitución- el paritarismo agresivo de los padres separados à la Pillon, que desde hace años crucifica a centenares de madres acusadas de las más variadas actividades alienantes, empezando por el PAS, contra sus hijos, que les son retirados incluso con el uso de la fuerza pública.
A primera vista, la propuesta de Boldrini se opone, no debe encontrar mayorías que se apruebe; pero al mirar más de cerca, sin embargo, está la riesgo de que sea apoyado precisamente por las fuerzas gubernamentales que, empezando por la Liga, representan los intereses del lobby de los padres separados en el Parlamento.
Por tanto, Boldrini debería reevaluar cuidadosamente su propuesta, que va en la dirección de "menos madre": Una cosa es reclamar una mayor participación de los padres en la gestión diaria de sus hijos, y otra muy distinta promover activamente un aplanamiento igualitario e ideológico.
Siempre hemos dicho que es necesario "más maternidad" y no "menos maternidad"; la intuición de los constituyentes debe ser salvaguardada y, de hecho, potenciada y traducida en acciones efectivas, incluyendo una cuidadosa reconsideración de la Ley 54 sobre bigenitorialidad que ya ha producido mucha injusticia y sufrimiento para las mujeres y los niños.
Digamos, de forma más general, que la relación madre-hija debe convertirse en un modelo universal y en un sujeto político como sustituto del individuo no relacionado y armado de derechos, para un cambio de civilización a favor de todos y todas.
Las cosas torcidas del mundo se deben en gran medida a "muy poca madre", y la propuesta de Boldrini acaba reforzando esta torcedura. Piénsalo bien.
Marina Terragni