El semanario El Economista dedica un larga especial al tema de la reproducción asistida, título Mejorar la preparación para el parto (Improving Making-Babies) reconociendo en primer lugar que Aunque el rendimiento ha mejorado, el número de fallos de estas técnicas sigue siendo muy elevado. Por término medio Entre 7 y 8 de cada 10 intentos son infructuosos, y el número de fracasos aumenta paralelamente a la edad de la mujer.la menopausia es un proceso que sólo se da en las hembras humanas y en algunas especies de ballenas. El expediente también señala la Cada vez más mujeres jóvenes recurren a la congelación (o vitrificación) de ovocitos para utilizarlos más adelante. Una de cada seis personas sufre hoy problemas de infertilidad, que -según el semanario- hace un compromiso con la investigación para minimizar los riesgos de estas prácticas y maximizar los resultados. A pesar de 12 millones de personas fueron concebidas en tubos de ensayo -a la cabeza está Dinamarca, donde el 9% de los nacimientos se producen in vitro-, aún no se conocen del todo los mecanismos que inician una nueva vida, en particular cómo se implanta el embrión en el útero.
Estudios muy prometedores -especialmente en EE.UU. y Japón- sobre la llamada gametogénesis, o el creación de "ovocitos" a partir de células madre totipotentes derivadas de la piel y la sangre. En la actualidad, la gametogénesis se ha probado con cierto éxito en ratones. La técnica permitiría paternidad biológica a los dos hombres de una pareja del mismo sexo sin la aportación de gametos femeninos: Uno pondría el esperma, el otro el pseudo-óvulo fabricado a partir de sus células madre (no obstante, sería necesario recurrir a una madre de alquiler al menos hasta que se desarrolle el útero artificial).
Otro campo de investigación es el denominado terapia de sustitución mitocondrial que permitiría a la "rejuvenecimiento" de ovocitos de una mujer mayor, portadora de posibles anomalías cromosómicas, con el injerto de mitocondrias tomadas de ovocitos donantes.
El Economista también da cuenta de la importancia económica del sector y el creciente interés de los inversores que impulsar la política hacia una legislación cada vez más liberal sobre el acceso a estas técnicas.
La esperanza es que "Al igual que la revolución sexual de los años 60 y 70 dio a las mujeres la opción de no tener hijos si no los deseaban, las tecnologías emergentes podrían iniciar una nueva revolución permitiendo a las mujeres -y a los hombres- tener tantos hijos como quieran y cuando quieran"..
El rico dossier de El Economista sin embargo presenta dos graves omisiones: el primer ldonde se afirma que "los bebés probeta están tan sanos como los demás".. Normalmente, la propaganda va mucho más allá, llegando incluso a hacer creer que, gracias sobre todo a la preselección de embriones y a posibles manipulaciones genéticas, estos niños son incluso más sanos que los demás. Pero incluso afirmando que son tan sanos como los demás desgraciadamente no se corresponde con la realidad: están multiplicando estudios que demuestran que los niños nacidos por fecundación asistida -todas las técnicas- tienen un riesgo "estadísticamente significativo" mayor de padecer numerosas patologías, incluidas enfermedades oncológicasen comparación con los nacidos por concepción natural.
Según omissis: lo especial ni siquiera considera la idea de una política para prevenir el aumento de la infertilidad, destinado a devolver a las mujeres y los hombres jóvenes su poder natural para reproducirse. De hecho, la "derecho" a tener hijos mucho después de la edad fértilderecho al que se está haciendo la mayor propaganda. Información sobre los límites de la edad reproductiva y la salud sexual, divulgación de riesgos, bienestar familiar, eliminación de obstáculos al trabajo y la carrera profesional, revalorización de la maternidad: esto es lo que se necesitaría para permitir que las mujeres jóvenes busquen su primer hijo en la tercera década de vida, cuando la fertilidad es máxima.
La La lucha contra la contaminación ambiental sería, en cambio, el principal frente para preservar la fertilidad masculina, en caída libre desde hace años. La contaminación química y física afecta a la calidad del esperma; una estudio recientepublicado en preprint en la revista internacional Ciencia del Medio Ambiente Totalincluso señaló la presencia de microplásticos -polipropileno (PP), polietileno (PE), tereftalato de polietileno (PET), poliestireno (PS), cloruro de polivinilo (PVC), policarbonato (PC), polioximetileno (POM) y acrílico-acrílico. en el líquido seminal humano.
Por supuesto: la prevención no hace negocio.
Si se hicieran esfuerzos para prevenir la infertilidad, la capacidad reproductiva natural ya no podría venderse como un producto cada vez más caro y codiciado.
Marina Terragni