Vender sexo es peligroso. Y fingir que es un trabajo más aumenta el riesgo. La prostitución causa sufrimiento, angustia mental, drogadicción y enfermedad. Y la "regulación" sólo alimenta la explotación y el tráfico. Dos argumentos de peso contra la normalización del llamado "trabajo sexual", apoyado por una izquierda misógina y de derechas y por el feminismo liberal
El sábado 27 en la protesta de Milán contra la violencia hacia las mujeres -ver imagen de apertura- entre otras muchas cosas dijimos: es realmente difícil entender cómo puede existir un feminismo que luche por el desmantelamiento de la ley Merlín y por la despenalización de la explotación, así como por la regulación del llamado "trabajo sexual". ¿Por qué lo hace? ¿Y para quién? Y lo saben, las miles de chicas que participan en las marchas de Non Una di Meno, que también se manifiestan [...]