La Clínica Universitaria de Ámsterdam UMC, pionera en el uso de bloqueantes de la pubertad, admitió que los niños que toman estos fármacos pueden verse abocados a una mayor medicalización.
La admisión se produce tras la publicación a principios de este mes de un nuevo estudio retrospectivo examinar 20 años de intervenciones hormonales conocidas como el "protocolo holandés", realizado a 1.766 niños y adolescentes entre 1972 y 2018 en la famosa clínica de Ámsterdam y publicado en Revista de Medicina Sexual. Pero incluso después de un reportaje había revelado que el estudio en el que se basó el tratamiento con bloqueadores de la pubertad había sido financiado por los fabricantes de estos fármacos.
En el nuevo estudio, los investigadores descubrieron que 93% de los pacientes aptos para el bloqueo de la pubertad tomaron fármacos hormonales para la transición al sexo opuesto. (cross-sex)
Los médicos holandeses afirmaban hasta ahora que los bloqueadores eran completamente reversibles y permitían a los pacientes pausar" la pubertad para aclarar el diagnóstico, explorar la identidad de género y considerar el siguiente paso hacia las hormonas del sexo opuesto. Sin embargo, el nuevo estudio confirma las conclusiones de tres estudios recientes según las cuales laa gran mayoría de los que empiezan con bloqueadores cambian a hormonas del sexo opuesto (ver aquí, aquí e aquí).
La medicalización de niñas y niños con bloqueadores de la pubertad plantea muchas cuestiones éticas: terapias hormonales de hecho, si se inician en la edad prepuberal, conducen a los pacientes jóvenes a la infertilidad. Esto también implica que los niños de 8-9 años serían capaces de dar su consentimiento informado a un curso médico de por vida.
El artículo de la endocrinóloga Maria A.T.C. van der Loos y sus colegas afirma que el hallazgo de que los bloqueadores en la clínica de Amsterdam casi siempre conducían a hormonas de sexo opuesto "puede implicar que el tratamiento [de bloqueadores de la pubertad] se utiliza como inicio de la transición y no como una prolongación de la fase de diagnóstico".
Los investigadores sugieren que la mayoría de los pacientes que iniciaron el tratamiento con los bloqueantes en el estudio debían padecer disforia de género "sostenida", una angustiosa sensación de conflicto entre el sexo de nacimiento y la identidad de género interior. "Sin embargo", afirma el documento, "no se puede excluir la posibilidad de que el inicio de [la toma de bloqueantes de la pubertad] en sí mismo haga que adolescentes más propensos a continuar la transición médica".
Según el sociólogo Michael Biggs, de la Universidad de Oxford, que el pasado septiembre publicó un crítica detallada de los tratamientos del protocolo holandés, es el la mayor admisión" de que los bloqueadores de la pubertad no son reversibles ni una herramienta de diagnóstico.
"Por fin, los médicos holandeses admiten lo que muchos llevamos años diciendo, que los bloqueadores de la pubertad y la transición social (vivir como el sexo opuesto) se convierten en un profecía autocumplida", El Dr. Biggs dijo Noticias de la Clínica de Género.
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Traducción de María Celeste