Por primera vez en años, los demócratas estadounidenses rompen el tabú: lo hacen nada más y nada menos que con la voz autorizada de la ex secretaria de Estado y candidata presidencial Hillary Clinton, según la cual seguir hablando de las personas trans supondrá un riesgo de derrota para los progresistas.
La entrevista se publica en el El Financial Times. Pregunta Edward Luce: "Los demócratas parecen estar haciendo todo lo posible para perder las elecciones, aferrándose a las causas de los activistas, en particular el debate sobre la transexualidad, que sólo es relevante para una pequeña minoría. ¿Qué sentido tiene pintar a JK Rowling como una fascista?".
Clinton responde: "Corremos un gran riesgo de perder la democracia y todo lo que interesa a los demás se queda fuera de la ventana. Lo más importante es ganar las próximas elecciones. La alternativa es tan aterradora que todo lo que no ayude a ganar no debería ser una prioridad".
Hillary no entra directamente en el asunto, pero hace sonar la alarma: o cambiamos de tono -especialmente la orquestada por el dúo Biden-Harris, que mantiene los temas trans en su agenda-. o nos estrellamos. Ergo, es hora de cambiar de rumbo. Y si lo dice es porque la cúpula del Partido Demócrata estadounidense se lo ha ordenado, creyendo que es el momento de dar un señal clara para un cambio de rumbo. Y le ordena a Hillary que tranquilice al electorado femenino en particular: son las mujeres las que sufren las consecuencias más graves de las políticas transactivistas.
Puede ser que el cambio de rumbo llegue tarde -aunque las pistas del frente liberal son cada vez mayores, especialmente en el El New York Times que recientemente publicó un editorial autocrítico y se preocupa por la epidemia de transiciones entre los adolescentes-, pero ciertamente es un punto de inflexión que no quedará sin consecuencias políticas.
Probablemente Los demócratas tiemblan ante la a medio plazo noviembre, y se han dado unos meses para volver a poner las cosas en su sitio. Es ella admisión de un error estratégico, y finalmente del entendiendo que la crítica de género no es en absoluto minoritario y que la intolerancia es cada vez mayor.
Con la esperanza de que los partidos progresistas del resto de Occidente, empezando por los laboristas en Inglaterra y los El PD italiano "o Zan o la muerte" sintoniza rápidamente con las noticias históricas.
Marina Terragni