Historia de una detransicionista llamada Carol "Simplemente era lesbiana, pero no lo acepté". Su historia demuestra los peligros de un modelo de atención "de género afirmativo" que acepta el autodiagnóstico de los pacientes de ser trans, práctica habitual en la medicina transgénero estadounidense.
Carol llevaba tiempo sospechando que su vida cotidiana en la California rural sería más fácil si fuera un hombre. Sin embargo, se sorprendió de lo cierto que era. Como mujer "marimacho" (masculina), (y "no muy sonriente") había sido tratada regularmente con un leve desprecio, dice. Después de una doble mastectomía y de unos meses de testosterona -que le proporcionó vello facial y una voz ronca- "la gente, los cajeros, todo el mundo, se volvió de repente tan malditamente [...].