Corderos de sacrificio "Una Donna" y las demás: un sacrificio necesario para propiciar la política masculina. Cómplice del devoto silencio de los elegidos, que son los primeros en celebrar el fracaso. Ahora existe una brecha insalvable entre los ciudadanos y los partidos. Y para las mujeres -todas ellas- un paso atrás.
La posición de las mujeres en la política se ve aún más disminuida y mortificada por el asunto Quirinale. Empezando por Una Donna, todos los nombres femeninos lanzados a la refriega, desde Elisabetta Belloni a Marta Cartabia, Emanuela Severino, Letizia Moratti y Elisabetta Casellati -que ofreció espontáneamente su garganta al torturador, incapaz de controlar su ambición- acabaron en la picadora de carne del terrible, destartalado y surrealista juego de los líderes masculinos. Con la excepción de Giorgia Meloni, que ha jugado por su cuenta y -compartimos o no la [...]